La Autobiografía de José María Blanco White, se publicó póstumamente en 1845. Es un testimonio de las vicisitudes de un cristiano de origen católico en la conformación de su personalidad. Blanco White es referido en la Historia de los heterodoxos españoles de Marcelino Menéndez y Pelayo como uno de sus herejes del siglo XIX.
En palabras de Menéndez y Pelayo
«?el único que, escribiendo en una lengua extraña, ha demostrado cualidades de prosista original y nervioso».
Sin embargo, una lectura de esta Autobiografía pondrá al lector ante un escenario mucho más complejo. Para Blanco White, ciertos elementos del culto católico están más cerca del ritual pagano. Toma también del erotismo extremo o del culto irracional y fetichista que de una experiencia religiosa.
Como bien dice el crítico Francisco Rico:
«?este poeta sevillano pudo haber sido uno de los primeros poetas románticos españoles si una vida inquieta y sus tendencias liberales no lo hubieran llevado a la emigración a Londres. Desde allí ejercerá de puente entre los liberales exiliados y el romanticismo inglés, tarea decisiva para el posterior estallido del Romanticismo en nuestro país. Difícilmente puede hallarse una imagen más representativa del artista romántico que la de un mar tempestuoso y nocturno, trasunto de inquietudes de su alma.»
José María Blanco White (1775-1841). España.
Nació en Sevilla en 1775. Hijo del vicecónsul inglés Guillermo White. Fue canónico magistral en Cádiz y Sevilla y formó parte de la Academia de Letras Humanas (1793-1802). Tras una crisis espiritual marchó a Madrid, en donde trabajó en la Comisión de Literatos del Instituto Pestalozziano y luchó contra los franceses durante la ocupación.
Su ideología liberal le llevó a discrepar con la Junta Central; marchándose de España rumbo a Inglaterra en 1810, allí reinició sus estudios de inglés, su segunda lengua, y de griego. Fue profesor de la Universidad de Oxford y escribió crítica literaria en inglés y español publicada en Variedades o El Mensajero de Londres (1823-1825) publicación financiada por Rudolph Ackermann.
Murió en 1841 en Liverpool, Inglaterra.