El marqués de la Ensenada, pieza clave del Despotismo Ilustrado del siglo XVIII, fue mucho más que un ministro. Realizó un proyecto político integral junto a un grupo de valedores situados en puestos clave de la corte y del gobierno impulsando el desarrollo del Estado español al tiempo que desplegaba una formidable red de espionaje en media Europa. Fue el motor de numerosas reformas bajo el desempeño de los ministerios de Hacienda, Guerra, Marina e Indias. En ese momento cumbre de su carrera, el padre Isla le llamó el "secretario de todo".
Su trabajo en la Marina le convirtió en enemigo de Inglaterra; la reforma hacendística, en sospechoso para la nobleza. El catastro y la protección que dispensó a los científicos puede considerarse lo más ilustrado de su obra. Fue amigo de los jesuitas y víctima, como ellos, del absolutismo regio. Su cara más cruel la mostró con la persecución al pueblo gitano. Mujeriego, alegre, sensato y conservador, sus restos descansan en el panteón de Marinos ilustres, aunque en realidad nunca fue marino.
José Luis Gómez Urdáñez, catedrático de Historia Moderna por la Universidad de La Rioja y académico de la Real Academia de la Historia, destaca tanto las luces como las sombras de un político que supo como nadie articular las relaciones entre el gobierno y la corte de la época.
El marques de la Ensenada, pieza clave del Despotismo Ilustrado del siglo XVIII, fue mucho mas que un ministro. Realizo un proyecto politico integral junto a un grupo de valedores situados en puestos clave de la corte y del gobierno impulsando el desarrollo del Estado espanol al tiempo que desplegaba una formidable red de espionaje en media Europa. Fue el motor de numerosas reformas bajo el desempeno de los ministerios de Hacienda, Guerra, Marina e Indias. En ese momento cumbre de su carrera, el padre Isla le llamo el "e;secretario de todo"e;. Su trabajo en la Marina le convirti en enemigo de Inglaterra; la reforma hacendstica, en sospechoso para la nobleza. El catastro y la proteccin que dispens a los cientficos puede considerarse lo ms ilustrado de su obra. Fue amigo de los jesuitas y vctima, como ellos, del absolutismo regio. Su cara ms cruel la mostr con la persecucin al pueblo gitano. Mujeriego, alegre, sensato y conservador, sus restos descansan en el panten de Marinos ilustres, aunque en realidad nunca fue marino. Jos Luis Gmez Urdez, catedrtico de Historia Moderna por la Universidad de La Rioja y acadmico de la Real Academia de la Historia, destaca tanto las luces como las sombras de un poltico que supo como nadie articular las relaciones entre el gobierno y la corte de la poca.