Aunque pudiera parecer sorprendente, teniendo en cuenta su actitud inicial durante la Guerra Civil española, la obra de Miguel de Unamuno está constantemente presente en los escritores del exilio republicano. Pero no se trata en este libro de lo que los exiliados dijeron de Unamuno, sino de lo que él les hizo decir a ellos: desde su función seminal en la germinación de una filosofía de lo trágico en María Zambrano a su ejemplo como intelectual total para Max Aub o la ansiedad de su influencia sentida por Antonio Sánchez Barbudo; desde el efecto que su poesía causará en Luis Cernuda o José Bergamín a su consagración como filósofo por Juan David García Bacca o Segundo Serrano Poncela, su ejemplo, el de quien se les adelantó más de una década en el triste destino del destierro, será semilla fértil y conflictiva. Incluso desde un punto de vista político, el exilio liberal, comunista o nacionalista vasco, tomará posición de cara a su obra.*XVIII Premio de Ensayo Miguel de Unamuno 2017 del Ayuntamiento de Bilbao.