La seducción de la clase obrera es un importante avance en la construcción de una imagen histórica más realista del complejo proceso de modernización peruano. Un destacado aporte, asimismo, al delineamiento de un paradigma "post-oligárquico" del Estado peruano, que continúa, por cierto, el análisis de la "república práctica" del primer civilismo ofrecido por Carmen McEvoy. Así, si Manuel Pardo veía en el ferrocarril el portador de la civilización, a la industria le asignan ese rol sus sucesores. Y si en los artesanos ve a los protagonistas de su "república del trabajo," en el obrero mestizo, adecuadamente "desindianizado," verían los intelectuales del segundo civilismo al actor popular de la nación moderna. Avanza Drinot, en ese sentido, en mostrarnos las posibles consecuencias, en el largo plazo, de este tipo de construcción estatal. De ahí que, más allá del marco temporal de este trabajo, sea importante subrayar el valor actual de esta publicación: una invitación a mirar críticamente las políticas de inclusión encargadas de distribuir, equilibrada y justicieramente, los frutos de la actual era de prosperidad.