Este no es un poemario complaciente, esperanzador ni romántico, aunque está lleno de amor. Trata de seres heridos y enajenados, atestigua que «Somos ruinas, edificios cayendo», narra trastornos de mentes y de espíritus que padecen, como Hölderlin, la enfermedad del alma, o que fueron, como Artaud, «una madeja de hilos enredados / que impacienta a los demás», o que se autoimponen, como Camille Claudel, un largo y prolongado encierro: «Su interior confuso / ha roto el contrato con el mundo». […] Los poetas que se aventuran y dicen lo que es, con versos que lindan la acritud, son escasos. Y los que saben conciliar la acritud con la poesía, de modo que no haya brusquedad sino una poderosa iluminación, más contados todavía. (Alicia Llarena)
Magali Alabau (Cienfuegos, 1945) reside desde 1966 en New York, donde hasta mediados de los ochenta desarrolló una intensa carrera teatral como actriz. Autora de una sólida obra poética, ha publicado Electra, Clitemnestra (1986), La extremaunción diaria (1986), Ras (1987), Hermana (1989), Hemos llegado a Ilión (1992), Liebe (1993) y -tras una pausa de casi dos décadas- Dos Mujeres (2011), Volver (2012) y Amor Fatal (2016), recogidos todos en Ir y venir. Poesía reunida 1986-2016 (2017).