En una serie de articulos, el destacado educador y antropologo, hace una lucida critica al actual sistema "e;escolarizado"e;, proponiendo una nueva forma de mirar el proceso de ensenanza-aprendizaje. Dice el autor: "e;Para ensenar hay que asombrar al educando, quien a medida que intenta desvelar el misterio ira aprendiendo. Desde la perspectiva educacional, el que lo haga bien o mal es secundario, independiente del nivel de formacion, sea este el jardin infantil, la escuela basica o media o la universitaria, pues lo importante no son las respuestas correctas segun los contenidos escolares, sino la formulacion de preguntas, gracias a las cuales puede organizar la informacion sobre la base de criterios emergentes concebidos a partir de las regularidades observadas que le permiten elaborar un patron explicativo. Concedo que a medida que se avanza en la escolaridad, especialmente en la universidad, se requieren respuestas y cada vez mas precisas, pero estas nunca deben sobrepasar, ni en cantidad ni mucho menos en calidad, a la generacion de preguntas. Si aquello sucede, se desvirtua el proceso de aprendizaje, que se vuelve meramente rutinario y falto de misterio"e;.
En una serie de artículos, el destacado educador y antropólogo, hace una lúcida crítica al actual sistema "escolarizado", proponiendo una nueva forma de mirar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dice el autor: "Para enseñar hay que asombrar al educando, quien a medida que intenta desvelar el misterio irá aprendiendo. Desde la perspectiva educacional, el que lo haga bien o mal es secundario, independiente del nivel de formación, sea este el jardín infantil, la escuela básica o media o la universitaria, pues lo importante no son las respuestas correctas según los contenidos escolares, sino la formulación de preguntas, gracias a las cuales puede organizar la información sobre la base de criterios emergentes concebidos a partir de las regularidades observadas que le permiten elaborar un patrón explicativo. Concedo que a medida que se avanza en la escolaridad, especialmente en la universidad, se requieren respuestas y cada vez más precisas, pero éstas nunca deben sobrepasar, ni en cantidad ni mucho menos en calidad, a la generación de preguntas. Si aquello sucede, se desvirtúa el proceso de aprendizaje, que se vuelve meramente rutinario y falto de misterio".