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Mari Perron creció en una familia de clase trabajadora en St. Paul, Minnesota. En la Universidad de ese Estado se graduó en inglés. Como estudiante ya adulta y con tres hijos, ganó un notable premio, el "Jean Keller-Bouvier Award", por sus logros literarios. Siendo practicante católica se sentía profundamente a gusto con su fe, y no tenía ningún interés particular en otros enfoques espirituales: "yo simplemente quería escribir novelas de misterio, fumar cigarrillos y ser una intelectual". Ella se describe a sí misma como una mujer "corriente".
Un curso de amor comenzó con un sueño. El sueño vino en Julio de 1997. En él, escuché "ya no puedes vender tu mente por dinero; ahora tu mente le pertenece a Dios". A esto se siguieron meses de búsqueda con toda el alma. Finalmente, Mari dejó su trabajo y se mantuvo preparada, aunque sin tener ni idea de para qué. Tras nueve meses y bastante incertidumbre financiera, pensó en regresar al trabajo, pero un saber interno le decía que "tenía que trabajar para Dios". Entonces, su amiga Mary le compartió un sueño en el cual ella vio "un nuevo curso de milagros". Mari sintió que de cierto modo ese sueño fue un anuncio del trabajo que iba a venir, un trabajo tan monumental que Mari era incapaz de aceptar ciertos signos que ahora, en retrospectiva, ve que le estaban señalando hacia esta labor de escriba. Una semana más tarde, el 1 de diciembre de 1998, Mari comenzó a "escuchar" la voz.
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