Por la novedad, tanto en forma como en contenido, pero sobre todo de estilo, de este artefacto no cabe adscribirlo a género literario alguno; tampoco se trata de Filosofía al uso. Su originalidad radica en el tratamiento a la par profundo y panorámico de nuestra relación con el mundo a través de una serie de juegos de escritura y de imágenes donde se critican algunas huidas (de tono metafísico) y caídas (como el dualismo cotidiano o el deporte ultracompetitivo) y se construyen otras huidas ecocorporales, artísticas y de pensamiento respecto a otro modo de soñar para otra manera de vivir.
En su tono afirmativo se compone una pionera Meditación del Deporte (en general) y de la Escalada (en particular) / una antropología de lo interno-externo-social / una Teoría del Significado que atiende tanto a las ideas, como a las cosas y a la sociedad / un Análisis de las Vanguardias / un arte de concepción surreal cuyo mayor logro sería que cierra el giro filosófico en las actividades artísticas.
Esta obra invierte el barroquismo onírico y desactiva la mística en un inusual y heterodoxo entrelazamiento de surrealismo y pensar analítico que refuta (por superación) antes de tiempo el primer movimiento filosófico del XXI: el realismo especulativo (que sueña con los objetos).
Pese a su variabilidad de discursos habría un problema de fondo: ¿es posible partir de cero?