Entrenar es construir un puente entre lo que somos y lo que queremos devenir. En toda actividad psico-física o deporte, en la que hay una competición, entrenar equivale a ese puente que nos acerca, que nos une a como somos inicialmente en el punto de partida, hacia lo que queremos hacer el día del partido. El entrenamiento nos prepara para ese partido, para esa competición, el examen que se da cada semana. Los entrenadores son los ingenieros de ese puente que une al equipo como es de forma colectiva, hacia como quieren que actúe el domingo. Los futbolistas son los obreros, dependen completamente de los entrenadores, de sus instrucciones, indicaciones, de sus transmisiones de información, del material que les subministran, de las horas de trabajo que les emplean (y aunque no se calcula, pero es muy importante), de los horarios de descanso que les conceden.