Siguiendo el estilo de su libro Gladiadores: mito y realidad (Evohé, 2011), Fernando Lillo nos introduce esta vez en el fascinante y poco conocido mundo de las carreras del circo de Roma y Bizancio.
Conoceremos los entresijos de las cuadras encargadas de la organización de las carreras y nos convertiremos en consumados aurigas. Contemplaremos la grandeza del Circo Máximo y, acomodados en las gradas, viviremos la emoción de las competiciones de un día cualquiera. Compartiremos la pasión de los aficionados más entregados que hacía que los motivos circenses se vieran en mosaicos, pinturas, cerámicas y lámparas de aceite con el deseo de recordar a sus ídolos y de atraer a su hogar la buena suerte del auriga vencedor. Tendremos oportunidad de conocer a estrellas del espectáculo, como el lusitano Diocles, o asombrarnos con las locuras de los distintos emperadores, como Calígula, que pensó incluso en nombrar cónsul a su caballo preferido. Incluso habrá espacio para la magia, maléfica o protectora, con la que se deseaba asegurar la victoria del equipo favorito.
En un apartado final comprobaremos que la pasión por las carreras de la antigua Roma permanece viva en la gran pantalla gracias, por ejemplo, a las distintas versiones de Ben-Hur (1925, 1959, 2016).