En este libro se analiza la evolución de la enseñanza de la lengua latina en el panorama educativo jesuítico español a lo largo del siglo XVIII. Tanto la labor de la Compañía de Jesús como el aprendizaje de la lengua latina constituyeron pilares indiscutibles en la historia de la educación en la Época Moderna. Nuestro estudio se centra, especialmente, en el modelo tanto educativo como lingüístico que aplicaron los jesuitas a la gramática latina, y las críticas que, a su vez, suscitó desde sectores más reformistas de la intelectualidad española. El método ignaciano se desarrolla en el siglo XVII y responde a una mentalidad barroca y contrarreformista. A lo largo del siglo XVIII los cambios tanto políticos, como sociales y culturales empujarán a que los jesuitas vayan modificando sus métodos de enseñanza y vayan acogiendo un modelo más racionalista y filológico correspondiente al ideal ilustrado de educación. Desde una perspectiva tanto de la lingüística como de la historia de las ideas nuestro libro pretende ahondar en el cambio determinante de la enseñanza barroca a la ilustrada en un siglo tan controvertido y determinante para la configuración de España como fue el XVIII.