A 200 años de la independencia de España, la mayor parte de los guatemaltecos todavía no tienen claros los elementos clave que constituyen la base de su guatemalidad, es decir, de su pertenencia a un país que, por coincidencias históricas y quizás también por azares del destino llegó a llamarse Guatemala. Existen múltiples causas que explican esta situación, pero sin duda la más importante es la falta de un Estado interesado en que todos sus ciudadanos, procedentes de cuatro pueblos distintos, conozcan su complejo pasado para comprender su difícil presente.
Para conmemorar el Bicentenario, en esta publicación las autoras quisimos ir más allá de los hechos y circunstancias que afrontaba Guatemala a principios del siglo XIX. Este libro aspira a resolver preguntas como: ¿Por qué nuestro territorio fue parte de uno de los seis lugares del mundo en donde por primera vez surgió la civilización? ¿De dónde nacen nombres y categorías como maya, Guatemala y ladino? ¿Qué información recientemente publicada puede cambiar nuestra perspectiva sobre la invasión y conquista que realizaron españoles e indígenas mesoamericanos en el actual territorio guatemalteco? ¿En qué forma podemos valorar y comprender textos reconocidos mundialmente como obras maestras, como el Popol Wuj y el Memorial de Sololá? ¿Cuáles son los datos que nos permiten entender mejor la Independencia de Guatemala, así como sus efectos en los hechos históricos posteriores durante los siglos XIX y XX? ¿Es posible alcanzar una concordia ciudadana luego del sangriento Conflicto Armado Interno? Y finalmente, en medio de la profunda crisis que vivimos desde el 2020, ¿qué logros importantes alcanzados recientemente por guatemaltecos nos permiten conmemorar nuestro Bicentenario?
Esperamos que nuestro aporte sea uno de los peldaños para que la anécdota de la quema de cohetillos en el atardecer de aquel 15 de septiembre de 1821, así como los acostumbrados 21 cañonazos a las seis de la tarde, sean sustituidos por un estallido de ideas y sobre todo de acciones concretas para que todos los guatemaltecos alcancemos una vida digna.
La publicación de este libro se logró gracias a la colaboración de varios actores. En primer lugar, deseamos agradecer a la Editorial Piedrasanta y en especial a su directora, magíster Irene Piedrasanta, por creer y apoyar esta publicación. Editorial Piedrasanta cuenta con un sólido prestigio de muchos años en Guatemala y se dirige especialmente a la formación de estudiantes y ciudadanos, coincidiendo de esta manera con nuestra meta principal. Esperamos haber cumplido con sus expectativas.
A 200 años de la independencia de España, la mayor parte de los guatemaltecos todavía no tienen claros los elementos clave que constituyen la base de su guatemalidad, es decir, de se pertenencia a un país que, por coincidencias históricas y quizás también por azares del destino llegó a llamarse Guatemala. Existen múltiples causas que explican esta situación, pero sin duda la más importante es la falta de un Estado interesado en que todos sus ciudadanos, procedentes de cuatro pueblos distintos, conozcan su pasado para comprender su difícil presente.
Para conmemorar el Bicentenario, en esta publicación las autoras quisimos ir más allá de los hechos y circunstancias que afrontaba Guatemala a principios del siglo XIX. Este libro aspira a resolver preguntas como: ¿Por qué nuestro territorio fue parte de uno de los seis lugares del mundo en donde por primera vez surgió la civilización? ¿De dónde nacen los nombres y categorías como maya, Guatemala y ladino? ¿Qué información recientemente publicada puede cambiar nuestra perspectiva sobre la invasión y conquista que realizaron españoles e indígenas mesoamericanos en el actual territorio guatemalteco? ¿En qué forma podemos valorar y comprender textos reconocidos mundialmente como obras maestras, como el Popol Wuj y el Memorial de Sololá?