Por las páginas de esta obra no solo se deslizan los nombres de autores, personajes maravillosos y de libros que los niños de varias generaciones han hecho suyos, sino también la evocación del legado que esta Guía de literatura infantil dejó en generaciones de promotores, bibliotecarios, educadores y de muchos lectores adultos actuales. Se trata de un libro decisivo, que abrió la puerta en la ciudad y el país a los estudios serios sobre un género que se consideró menor pero que ha demostrado ser baluarte en la formación integral de los más jóvenes.