Este libro es una puerta de entrada a un universo mágico, múltiple, trágico. Si nos animamos a atravesarla, acompañemos a sus personajes en una incesante búsqueda de la propia identidad y del sentido de la vida. Es inútil situar esta historia en un tiempo y un lugar determinados: se abre en un abanico de tiempos y lugares remotos, aparentemente olvidados, pero siempre latentes en la memoria, siempre dispuestos a desplegarse ante nosotros a través de los sueños, de la imaginación, del arte.
La lectura de este borrador de una existencia construido con hilos de seda ―suaves, ligeros, resistentes― nos recuerda que solo vemos una pequeña parte de las personas con las que compartimos la vida. Más aún: nos recuerda que solo vemos una pequeña parte de nosotros mismos. En el fondo del alma de cada uno de nosotros, una puerta nos está esperando. ¿Nos atreveremos a cruzarla?