¿Qué se puede agregar a todo lo que ya se ha dicho sobre la obra de Beckett? ¿Por qué parece que sus personajes no tienen historia, ni saben cómo llegaron a la situación en la que se encuentran y pareciera que el vacío, la soledad y el absurdo son sus cargas? ¿Cómo es que aquella escritura, reunida bajo una firma -Samuel Beckett- llega a ser parte de una vida? De algún modo aún. La escritura de Samuel Beckett escapa de cualquier aproximación filosófica o biográfica a la obra de Beckett y se encuentra lejos de las clásicas interpretaciones pesimistas o nihilistas que lo relacionan con el absurdo de la existencia humana. Por el contrario, el libro relanza una apuesta presente en Beckett, a saber: que la cotidianeidad de la existencia humana exige inexplicablemente una obligación por volver a comenzar, a seguir viviendo, una y otra vez, aunque al frente se encuentre el fin. Antes del comienzo no se encuentra la nada, sino una suerte de anterioridad posterior, cuando alguien despertó aferrándose a las palabras. Sergio Rojas reconoce aquí una de las intuiciones esenciales de Beckett, que lo conduce a explorar el silencio en el lenguaje. No se trata en Beckett de decir algo sobre el lenguaje, sino en volver consciente que la escritura de lo humano comporta un agotamiento de las palabras, una extenuación del sentido y su potencialidad. Entonces, ¿Cómo seguir cuando ya no se espera nada? De algún modo aún.