La alteridad (del latín alter que significa otro') es la existencia humana que se vive en relaciones de generosidad, gratuidad y reconocimiento mutuo del otro. Esta fascinante experiencia vital es sistematizada por la ciencia ética filosófica y teológica. Si en la humanidad corriéramos por esta senda, dejaríamos de estar agobiados por las desgarradoras realidades que marcan nuestro mundo contemporáneo. Superar esta angustiosa y monstruosa hecatombe solo es posible si cambiamos nuestra manera de comportarnos, es decir, si asumimos una nueva ética, no halada por los absolutos del dinero y el poder, sino animada en profundidad por la alteridad. Como humanidad, vivimos en un mismo espacio constituido por nuestra casa común: el planeta Tierra. Esta convivencia nos exige un acuerdo, que la ciencia moral actual denomina consenso ético mínimo universal, construido entre todos, con el fin de garantizar una vida plena y feliz para todos los seres humanos, sin ningún tipo de discriminación. La alteridad en el debate ético contemporáneo argumenta y sistematiza, desde la experiencia y la ciencia moral, una propuesta de construcción de tal consenso que nos urge en demasía. Para ello, fundamenta su opción por la alteridad desde la ética teológica cristiana y diez escuelas ético-filosóficas contemporáneas: la alteridad, la acción comunicativa, Kant, el neocontractualismo, la hermenéutica, el iusnaturalismo, la posmodernidad, el utilitarismo, la analítica, y el pragmatismo.