El objetivo de este ensayo es proponer que el llamado ser humano se origina por causa de un fenómeno que parece afectar a determinados seres en ciertas circunstancias específicas y cuya manifestación principal es la percepción que, quien lo sufre, tiene de su propia individualidad frente al resto de la naturaleza. Dicha posición viene a ser un puro acto de filosofía, por lo que el filosofar sería entonces la primera expresión de lo propiamente humano, anterior a cualquier tipo de cambio físico. Esta es la razón por la que a dicho fenómeno se lo denomina "impulso filosofante", porque impulsa al ser que lo padece a filosofar, independientemente de si es o no un antropoide. Como consecuencia de ese abrir los ojos a un mundo que súbitamente se ha empezado a ver como ajeno y desconocido se genera una terrible sensación de marginación respecto a la realidad, lo cual produce a su vez un estado de soledad y abandono, situación que define e identifica la esencia de lo humano.