Un florista que quiere ser famoso es muy firme en ganar un prestigioso premio en una convención de floristas, así que está devanándose el cerebro intentando llegar con algo original. Él pensó en varias flores que podrían ser, pero luego pensó que muchos pensarán igual. Entonces una noche él tiene un sueño --él necesitaría tener la pintura de una flor, o flores-- que cobrarían vida. Cuando se despierta primero piensa que es absurdo, pero luego piensa que es posible.
Él recordó la vez que estaba en el bosque lluvioso, cerca del gran arrecife de corales en Australia, cuando caminó por un puente, y notó como las plantas casi agarran sus manos mientras crecían rápidamente. Pensó que podía hacerlo, pero con una flor en vez de una planta, pero necesitaría alguna forma para que creciera, entonces pensó en la idea de pintar una flor para que llegara a la vida.
Él invitó a un conocido artista a su casa para pintar una orquídea que cobrara vida, el artista pensó que él estaba loco y terminó siendo prisionero en su casa. El artista fue creativo con varias ideas, pero se dio cuenta que no podía, pero que quizás otro artista sí.
Había un artista que hacía excelentes pinturas en cristales, incluyendo flores, invitó a la persona a ir a su lujosa casa. La persona aceptó la invitación. Mientras tanto Enrique quería que pintara una orquídea que cobrara vida, el artista pensó que estaba loco y quería escapar.
Los dos artistas fueron encerrados en una habitación pensando que era imposible salir de ahí. Los dos intentaron escapar, pero después de un tiempo se tomaron un descanso. Un día, los artistas se despertaron por un ruido en la cocina. Se veía que Enrique había llegado y fue a la cocina a hacer un sandwich. Enrique estaba cantando junto a la radio, que parecía sonar más fuerte, los dos artistas despertaron, ambos planearon escapar, pero el primer artista dejó atrás al segundo para valerse por sí mismo.