Desde las primeras muestras de Arquitectura, ya en la Prehistoria, la luz siempre ha sido la piedra angular en torno a la cual todo lo construido se ha articulado. Egipto, Grecia, Roma y las ingrávidas cúpulas del período bizantino. Todas sus arquitecturas se construyeron en torno a la luz. Románico, Gótico, Renacimiento, Barroco, Neoclásico, Art Nouveau... Incluso el Movimiento Moderno, con ese espíritu disruptivo que pretendía romper con todo lo anterior. Es imposible encontrar un período o estilo artístico de la Historia al que la luz le haya sido ajena. Del mismo modo, la luz es pieza clave en la configuración del espacio arquitectónico de nuestro tiempo, en el que la arquitectura busca comunicar una experiencia metafísica mediante el empleo de la luz y la sombra. La luz es por tanto la piedra angular en Stonehenge; es el tema central del Partenón y lo es también del Panteón. La luz es el tema en Chartres, en San Carlo Alle Quattro Fontane... Es el corazón que hace latir a Ronchamp y el espíritu en la Iglesia de la Luz. Desde Ictino y Calícrates a Adriano, pasando por Bernini, Borromini o Boullée, y llegando hasta Gaudí y los más recientes Kahn, Le Corbusier o el propio Siza... cualquiera de los grandes nombres de la Historia de la Arquitectura lleva como apellido indisociable a su obra la luz. Este libro es un paseo a través de una de las obras más hermosas del Premio Pritzker Álvaro Siza: la Iglesia de Santa Maria en Marco de Canaveçes. O mejor dicho, tres paseos. El autor nos invita a realizar con él tres recorridos distintos al edificio (físico, fenomenológico y metafísico), con el fin de probar que la luz ha sido y es un material con carácter propio fundamental en la configuración del espacio arquitectónico, y que el arquitecto portugués, y esta iglesia, son el paradigma de ello en la Arquitectura de nuestro tiempo.