Este volumen colectivo propone un diálogo con colegas de distintas proveniencias disciplinarias y nacionales. El punto nodal de las preocupaciones es comprender y evidenciar cómo las memorias sociales sobre las dictaduras conosureñas son acogidas y representadas artísticamente por las generaciones de descendientes de quienes habían sido protagonistas de los intentos de cambio sociopolítico de las décadas de 1960 y 1970. Por una parte, interesó interrogar los lenguajes estéticos a través de los cuales procedían dichas representaciones, que vemos distanciados de las formas utilizadas antes y con fisonomía propia en términos de sus discursos, estilos, subjetividades y marcas identitarias. Por otra parte, intentamos discernir cómo se producen las transferencias transgeneracionales de las memorias culturales de las dictaduras y postdictaduras, para hallar allí afinidades, diferencias y tensiones.
Lo que no habíamos podido anticipar fue el hecho de que en Chile las subjetividades, identidades y lenguajes que estábamos pesquisando saltarían de los libros, obras y archivos para cobrar intensa vitalidad en la calle en esos días de octubre de 2019. En el curso de ese proceso social inédito, también debimos asumir que, si queríamos seguir siendo fieles a nuestros propósitos como investigadoras, y a nuestras convicciones ciudadanas, tendríamos que acompañar el trayecto de esos sujetos en movimiento por las urbes y territorios del país. Nuestro trabajo de ahí en más -incluyendo el libro que aquí presentamos- no pudo sino estar teñido -mediado- por esas experiencias.