Aquella era una situación ligeramente embarazosa.
Nicole Beauman había superado muchos obstáculos a lo largo de su vida y estaba convencida de que jamás retrocedería ante ningún desafío. Pero su jefe, Zane Rankin, rompía todos sus esquemas. Encantador y atractivo, era como el chocolate, pecaminosamente rico, pero perjudicial para la salud. Nicki sabía que Zane no quería sentar cabeza, y menos con una mujer como ella, y no pensaba perder el corazón por culpa de una aventura pasajera. Pero cuando durante uno de sus encuentros amistosos la amistad fue algo más allá, Nicki se quedó embarazada.